Nadie llegó a
la cumbre acompañada por el miedo (Publio Siro).
Para el ser
humano, el yin yáng y las 4 estaciones son la raíz y el origen de todas las
cosas. Por ello, las personas sabias nutren su yáng en primavera y verano y su
yin en otoño e invierno.
¿Quieres
trabajar tu cuerpo y emociones para que el cambio de estación sea favorable?
El dispositivo cuántico armoniza con
sus frecuencias, los riñones y vejiga,
así como los meridianos correspondientes.
El período de
los 3 meses de invierno se llama “cerrar y almacenar”. Conviene acostarse
temprano al anochecer y levantarse tarde cuando ya se avista la luz del sol.
Si se actúa contrariamente, se lesionará el riñón, esto se llama “escasa
entrega a generar”.
El riñón es el
anfitrión de la hibernación, su raíz la impronta de las entrañas, es la morada
de la esencia. Su esplendor se refleja en el cabello, su función es
enriquecer los huesos. Sus orificios son las orejas. El
fluido que produce es la saliva mucosa. Cuando el riñón enferma se
localiza en los espacios entre las uniones de los huesos. Su enfermedad se manifiesta
en el hueso. Su olor es a podrido.
La emoción
asociada es el miedo (la reflexión triunfa sobre el miedo). El
sonido es el gemido. Su expresión alterada es el escalofrío.
El color negro y
el sabor salado conviene al riñón.
Pertenece al
elemento agua.